José Bono, de 53 años, ministro de Defensa, se ha pasado el último mes viajando de incógnito para preparar la primera gran decisión del nuevo Gobierno: retirar las tropas de Irak. En una entrevista con EL PAÍS afirma que el repliegue podía esperar, pero aclara: "No es que no se pudiera esperar, es que no se debía esperar. Ya que se tenía que cumplir un compromiso que el presidente había asumido con los españoles y con la paz, cuanto antes se cumpliera, mejor".
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El ministro explica que, tras "un intenso trabajo minucioso y discreto" en colaboración con el titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sacaron la conclusión de que Naciones Unidas "no se hará cargo de la situación política y militar de Irak".
Las primeras medidas para retirar a las tropas, afirma Bono, "se han hecho discretamente porque la seguridad de los soldados era nuestra prioridad, y se ha hecho rápidamente porque deseábamos que nada interfiera en el cumplimiento de un compromiso que da cuenta del talante del presidente del Gobierno".
De su encuentro con el secretario de Estado de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, señala: "Me dijo que respetaba las decisiones que tomase España como país autónomo y soberano. Aunque es verdad que no me pareció alegre con la noticia que le trasladaba. (...) Ser autónomo, exige ser claro".
El PSOE admitió ayer que la decisión de sacar las tropas de Irak sea votada en el Congreso de los Diputados. Por otro lado, el ex presidente José María Aznar llamó ayer por teléfono al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para "lamentar" la decisión del nuevo Gobierno de Zapatero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de abril de 2004