Como padre de tres hijos, no puedo más que celebrar que la enseñanza se haya convertido en una de las prioridades del Gobierno de la Generalitat. Pero los recursos son escasos, y el 6% de los alumnos de P3 se van a quedar sin la subvención del concierto educativo para el próximo año sin que existan argumentos sólidos para esa denegación.
Señora consejera, apelo a su imaginación y a su capacidad de convicción, para que obtenga de sus colegas en el Gobierno los recursos necesarios para poder llevar adelante su proyecto de mejora de la enseñanza pública y mantener al mismo tiempo los conciertos educativos de los que disfruta la escuela privada. Se trata de la opción más inteligente: consolidamos los avances y mejoras del pasado y ahora vamos a más.
Le sugiero para conseguir fondos, a modo de ejemplo: el sueldo que el jefe de la oposición acaba de rechazar; el ahorro que se ha producido tras la simplificación del eje Vic-Olot; o la supresión de las campañas publicitarias de la Generalitat sobre su acción de gobierno.
Si lo consigue, habrá evitado discriminar económicamente a determinadas familias, y habrá contribuido de esta forma a hacer de nuestro país, un lugar más plural, más abierto y en definitiva, más libre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de abril de 2004