"Me da mucha rabia", dice Jorge López (Logroño, 1978), que empezó la Intertoto con el Villarreal y, por eso, no ha podido disputar la UEFA con el Valencia, su nuevo equipo. Porque él, que ha estado en las dos orillas, distingue dos formas de entrenarse y de jugar, dos filosofías. En el Villarreal, el balón es el rey; en el Valencia prevalece la física y la táctica. Eso sí, con jugadores de clase: "Aimar, Baraja, Vicente, Mista, Canobbio..."
El propio Jorge López es un prodigio de técnica. Y desde que llegó en verano a Mestalla, su entrenador, Rafa Benítez, le ha insistido en que mejore una faceta: la defensiva. El centrocampista riojano analiza los puntos fuertes del Villarreal: "El dominio del balón y la presencia de Anderson: otros años echaron en falta un goleador. Para ellos ya es un éxito estar en semifinales". ¿Su punto débil? "No es muy agresivo. Intenta siempre salir jugando y, si presionamos cerca de su portería, podemos robar y marcar como en la Liga. Baja mucho fuera de casa. Al Valencia lo ven como muy incómodo".
Tiene motivos. El Valencia basa su juego en "su presión, en correr mucho y asfixiar al contrario; aquí los entrenamientos son más físicos; allí, más con balón. Aquí se espera mucho más de los futbolistas. Hay más exigencia".
Satisfecho a medias de su rendimiento este curso -"he estado bien sin más; me hubiera gustado ser más decisivo"-, Jorge López recuerda que era más importante en el Villarreal. "Se me buscaba más, tenía más protagonismo; aunque cuando llegué al Villarreal, tampoco era nadie. Venía del Logroñés, en Segunda, en 1998".
¿Por qué se marchó entonces? "Llevaba cuatro años y quería sentirme más valorado". Le lanzó un órdago al presidente, Fernando Roig, y éste montó en cólera: le puso un precio de cuatro millones y, si en 15 días nadie lo pagaba, se quedaría en la grada. "Fueron momentos difíciles, pero no siento rencor. Me arriesgué. No tenía ningún equipo hasta que apareció el Valencia".
Pesa sobre Jorge López y otros jugadores de este jaez la sospecha de que corren poco. Lo desmiente. "No, estoy en la media. Creo que Sissoko es quien más kilómetros hace. Pero cuando no salen las cosas, se nos nota más y el público se nos echa encima.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de abril de 2004