El sector agrario recibió con cautela y preocupación la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del aceite de oliva. La Unió de Llauradors y la Asociación Valenciana de Agricultures (AVA) hablaron de reforma "agridulce" y de "cautela". Fecoav (Federación de Cooperativas Agrarias de la Comunidad Valenciana) dijo que la reforma tendrá "repercusiones muy negativas" para el olivar de España y la Comunidad Valenciana, ya que "consolidan las penalizaciones que está sufriendo" y exigió que se denuncie la "discriminación" que padecen ante el Tribunal Europeo.
La reforma contempla que un 60% de las ayudas, desacopladas de la producción, según un cálculo realizado en función de los rendimientos de las últimas cuatro campañas y el 40% restante sea repartido con los criterios que el Ministerio de Agricultura considere oportunos. Las organizaciones agrarias anunciaron que ahora deberá iniciarse un debate estatal sobre la distribución de los fondos y defendieron que el 40% revierta en el olivar tradicional, de bajo rendimiento y con un valor medioambiental como el valenciano y no acabe primando a los grandes productores. La consejera de Agricultura, Gema Amor, mostró su decepción y criticó el resultado de la primera negociación de la nueva ministra de Agricultura. Anunció que se reunirá con el sector para marcar postura común.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de abril de 2004