Sanel Sjekirika, el bosnio de 23 años que regresó de Suecia para entregarse a la policía que le buscaba por haber compartido piso con uno de los implicados en el 11-M, declaró ayer a los periodistas que sintió terror al ver su foto en Internet junto a las de los terroristas. Ahora estudia interponer acciones legales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 2004