El alcalde Madrid, que vive en el mismo centro de la ciudad, debería bajarse del coche oficial y de la moto que tanto le gusta conducir y pasear o, mejor dicho, sortear las calles de este distrito que tan deterioradas están.
Es increíble, por no decir lamentable, el estado en que se encuentran las principales vías públicas, incluso aquellas que han sido recientemente rehabilitadas. Son innumerables los desperfectos en aceras y calzadas, que ponen en peligro la integridad de los vecinos, por no hablar de la mala imagen que damos a los miles de visitantes que recorren el centro de Madrid.
Como vecino que pago mis impuestos, quiero que el alcalde camine y pueda comprobar con sus propios ojos los socavones, los agujeros, los desniveles, lo gravemente deteriorado que se encuentra nuestro barrio. Sí, se han arreglado las principales calles, pero qué ocurre con las restantes donde vivimos. Es vergonzoso.
Salga a la calle, camine por las aceras, y pregunte a los vecinos... Muchas veces pienso que más que recuperar el centro, lo que ustedes quieren es que nos marchemos para que el centro se quede vacío y a disposición de los especuladores.
Yo siempre he querido vivir aquí, pero no recuerdo cuánto tiempo hace que no veo brillar a nuestra ciudad.
Por favor, alcalde, tome buena nota y véalo con sus propios ojos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 2004