El día de Sant Jordi, la tradición en Cataluña es regalar una rosa a las mujeres y un libro a los hombres. Ahora que estamos intentando hacer un esfuerzo por igualar al hombre y a la mujer me parece una tradición bastante démodée.
¿Por qué yo, mujer, no puedo tener el privilegio de que me regalen un libro? ¿No nos creen capaces de ser felices con la lectura? ¿Tenemos que conformarnos con ser las destinatarias de un regalo ornamental? Creo que tendríamos que reflexionar sobre el papel de la mujer del siglo XXI.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de abril de 2004