Confirmando que, hoy por hoy, Sôber es la banda de metal con más posibilidades de acercar el género al gran público, el cuarteto madrileño convocó a sus fieles para presentarles los temas de su quinto disco, Reddo, álbum que ha superado satisfactoriamente los vaivenes de un inesperado cambio de compañía discográfica en mitad de la campaña de promoción.
El grupo de los hermanos Escobedo ofreció una actuación compacta que fue de menos a más, si se tiene en cuenta que el sonido tardó un ratito en encontrar sus niveles ideales. Con la solemne voz de Carlos al frente, las crudas guitarras de Jorge y Antonio Bernardini, la excelente batería de Alberto Madrid -sin duda, el mejor músico del grupo- más el apoyo del teclista y productor Big Simon, la banda hizo un recorrido en tonos oscuros de su densa discografía, logrando sacarle un extraordinario partido a temas nuevos como La Burbuja de cristal o La nube, aunque sin olvidar los viejos clásicos de la banda. En el bis irrumpió en escena el mítico Serpa, de Barón Rojo, quien confesó que llevaba 15 años sin subirse al escenario para cantar Los rockeros van al infierno.
Sôber
Carlos Escobedo (voz y bajo), Jorge Escobedo y Antonio Bernardini (guitarras), Alberto Madrid (batería) y Big Simon Echeverría (teclados). Sala la Riviera. 18,50 euros. Madrid, viernes 23 de abril.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de abril de 2004