Isabel Segura, una de las trapecistas del circo Alaska, ha aventurado que, como es costumbre en el mundo que se mueve en torno a este espectáculo, su hija -Isabel- recién nacida volverá a Segovia para actuar, porque es la ciudad que la ha visto nacer y, por lo tanto, será una tierra a la que siempre se sentirá unida, aunque hayan sido determinantes el azar y el trabajo de su familia. La artista y su compañero, el malabarista Marcos Guerrero, fueron padres de una pequeña, que pesó tres kilos al nacer en el hospital de la capital segoviana. Marcos, canario, e Isabel, barcelonesa, aseguran que una vez que se vive dentro de esta comunidad no se quiere salir de ella, aunque aspiran a que su hija no deje de compatibilizar la carrera artística -¿trapecista también?- con los estudios.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de abril de 2004