Me dirijo a las autoridades competentes para que adopten las medidas oportunas y se restablezca o se creen las necesarias plazas de médicos de cabecera, atención primaria o de familia, según haya de ser su denominación, en la zona centro de Orihuela, ya sea en el conocido como ambulatorio Nuestro Padre Jesús de la avenida de Teodomiro, o en otro local que se habilite a tal efecto.
Lo que parece inadmisible, en pleno siglo XXI, es que todos los usuarios de Seguridad Social del centro de la ciudad, y que hemos estado recibiendo la asistencia sanitaria relativamente cerca de nuestra casa, ahora nos veamos desplazados al extrarradio. La creación de un nuevo centro de salud no debe conllevar la desaparición de otro. Quiero dar mi enhorabuena a todo el barrio del Rabaloche, ya que no ha permitido que con ellos se hiciese lo que se ha hecho con nosotros.
Con el solo deseo de que se nos reponga lo perdido, pido a todos los usuarios de la Seguridad Social que se sientan perjudicados que se expresen públicamente y así poder llegar a concienciar a aquellos que tienen en su mano el poder hacerlo, para que tomen las medidas oportunas y que no tengamos que sufrir la peregrinación hasta los centros de salud actuales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de abril de 2004