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Lula trata de reconquistar a los brasileños

El presidente decide frecuentar la TV y anima a sus ministros a vender mejor sus éxitos

Río de Janeiro

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien la revista Time ha incluido entre los 100 personajes más importantes del mundo y que es el único líder político latinoamericano de la lista, está preocupado con la caída de su popularidad en las encuestas, que ha pasado del 80% inicial a un 53% en las últimas semanas. Y está entristecido porque sus consejeros acaban de pedirle que evite los encuentros de masas, por miedo a que los movimientos sociales y los trabajadores en huelga le abucheen.

Los medios de comunicación, los columnistas políticos, parte de su propio partido, el PT, y hasta la Iglesia, que le apoyó en las elecciones, insisten en que sus promesas de rehacer Brasil con más justicia social no acaban de dar los resultados esperados. Lula ha dicho más de una vez que a él las dificultades le envalentonan y que no van a ser los gritos de protesta los que paren sus proyectos de reforma.

¿Pero a quién achaca el presidente las dificultades para hacer visibles las conquistas de su Gobierno? Para Lula, dos son los culpables: primero, los medios de comunicación, que, según el ministro de Comunicación, Luiz Gushiken, en vez de publicar "las cosas positivas", se ceban en explotar las contradicciones del Gobierno, fomentando "discordias y conflictos". Lula, más dialogante que su ministro, quiso aliviar a los 40 periodistas presentes en la celebración del día de la prensa al decir que "lo importante no es hablar bien o mal del Gobierno, sino decir siempre la verdad". Lula aprovechó, sin embargo, para criticar a los propietarios de algunos medios que, dijo, "quiebran la espina dorsal de los periodistas", a los que se obliga a escribir lo que ellos desean.

El segundo responsable de que no se aprecien los éxitos de su Gobierno son, según Lula, sus propios ministros, incapaces de transmitir lo que están haciendo. Llegó a decir el presidente que algunos líderes de la oposición saben usar mejor que ellos el marketing y la publicidad.

Por eso, Lula ha pedido a sus ministros que aprovechen los espacios disponibles en los medios para dar a conocer a la opinión pública lo que el Gobierno ha acuñado como "la agenda positiva". Y el presidente quiere dar ejemplo. Lula, además de su programa semanal de radio, ha decidido a ir a todos los programas de radio y televisión más populares y de mayor audiencia. Había escogido, para empezar, dos programas bien diferentes: el de Ratinho, de la cadena de televisión SBT, un programa popular, dirigido a un público con pocas pretensiones culturales, y el más intelectual llamado Programa do Jo, de Jo Soares, uno de los entrevistadores de mayor audiencia del país, de la Red Globo. Lula comenzó por el de Ratinho. La Red Globo se molestó y Jo Soares aplazó hasta fechas mejores la entrevista con Lula. "No son celos", dijo el entrevistador a los asesores del presidente, a quienes añadió que era mejor esperar a que Lula tuviera cosas nuevas que decir.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de abril de 2004