Estimado señor Ruiz-Gallardón: los madrileños no sólo somos contribuyentes, sino también ciudadanos de Madrid, puesto que parece haberlo olvidado en su frenética carrera por subir todas las tasas municipales que se ponen a su alcance. En este caso concreto, me parece una auténtica tomadura de pelo hacia los ciudadanos que pusimos nuestra confianza en su gestión la declaración de zona azul del paseo bajo de la Virgen del Puerto, una calle cortada que únicamente da acceso a unas instalaciones municipales de tratamiento de residuos, a la ermita y al polideportivo Virgen del Puerto.
No es una zona de viviendas, no es una zona de oficinas, ¿podría explicarme por qué resulta necesario regular los periodos de estacionamiento?
Todos aquellos deportistas que frecuentamos dicho polideportivo nos vemos obligados a pagar por el aparcamiento, ya que es prácticamente imposible aparcar en cualquier otro sitio de las cercanías.
Si éste es el plan de fomento del deporte que tiene usted en su programa, mucho me temo que habrá pocos afortunados cuyo poder adquisitivo les permita acceder a unos servicios que, lejos de ser cada día más accesibles a los ciudadanos, se están convirtiendo en todo un lujo asiático.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de abril de 2004