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COLUMNA

Irreversible

Ahí están entre los hombres. Da gloria verlos, sonrientes, posando para la foto de familia encantados de la vida. Ellas sonríen también. Ellas, ocho; ellos, siete. Dice el presidente Chaves que no es que haya buscado hacer un Gobierno más allá de la paridad, que no ha tenido que buscar mujeres para lograr ese objetivo, asegura que le han salido al paso, que una vez dispuesto a pensar en las personas que iban a formar parte de su Gobierno, sobre todo le salían mujeres. Ni más ni menos. Y es que, lento pero seguro, las mujeres han ido abriendo camino y una vez abierto han empezado a circular por él con toda naturalidad haciéndose visibles. Ahora están en el Gobierno, como las que estuvieron antes, como las que están en el Gobierno de España. Mujeres en la política, mujeres donde el poder se sustancia, donde se decide, no es lo más que podíamos esperar, es lo menos que tenía que pasar. Lo más tiene que venir a partir de ahora y lo más no es otra cosa que conseguir que allí donde haya un hombre y una mujer no tenga privilegios el hombre, como ha sido siempre hasta ahora, por el único hecho de ser varón. Las mujeres del Gobierno no nos pueden defraudar. Naturalmente que desde la más absoluta de las normalidades en la acción de gobierno, unas veces acertarán y otras se equivocarán, y en un caso o en otro recibirán el reconocimiento o la crítica, como cualquier otro de los miembros del Gobierno; como pedimos las mujeres que no nos defrauden es en tanto que tales. Esperamos de ellas que nada referido a las mujeres les sea ajeno.

A partir de ahora, en Andalucía el Consejo de Gobierno tendrá más mujeres que hombres, la presencia de las mujeres en la vida pública con toda naturalidad ya es irreversible, ahí están tanto el Gobierno andaluz como el Gobierno de Madrid, ahí está la presencia, cada vez mayor, de mujeres en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento de Andalucía. Las pioneras de la lucha feminista deben sentirse satisfechas porque ya ven que su lucha no ha sido en vano. Y sin embargo conviene en esta hora recordar a todas las que vienen detrás, a las que todavía se preparan para el futuro que habrán de mejorar, que nada se mantiene por sí mismo y que de los pasos adelante se borra la huella si las que vienen detrás relajan el paso.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 2004