Al igual que sus inspiradores, Nirvana, el directo de este cuarteto australiano de postgrunge parece ser que no funciona igual de bien en todas las ocasiones. Desde luego, en su visita a Madrid, aparte de que en tiempo real no llegaron a tocar más de 40 minutos, la sensación que dio fue como cuando un grupo de chavales con alto nivel etílico tratan de sobreponerse a la dificultad de sus instrumentos y a la de afinar con la voz.
No obstante, como con Nirvana, también hay trampa. Craig Nicholls canta mucho mejor de lo que aparenta y su descontrol psicodélico ilumina las febriles canciones de sus dos elepés. Precisamente, el segundo, Winnig days, era el motivo de su visita y fue uno de sus temas, el fogoso Animal machine, uno de los puntos fuertes de su corta velada. Aunque para fuerte, fuerte, el destrozo de guitarra y batería que el cantante realizó al acabar Fuck the world, en el más puro estilo Pete Townsend, aunque con pinta de mayor ebriedad.
The Vines
Craig Nicholls (voz y guitarra), Patrick Matthews (bajo y coros), Ryan Griffiths (guitarra) y Hamish Rosser (batería). Divino Aqualung. Madrid, 27 de abril.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 2004