La Festival Budapest Orchestra, que nos ha visitado de nuevo con su director-fundador, Ivan Fischer, figura entre las grandes formaciones sinfónicas europeas casi desde la misma fecha de su creación en 1893. Después de 10 años, Ibermúsica nos trae al maestro y su obra en una sesión gigante, como se decía de ciertos viejos programas cinematográficos. En el caso de la música, me parece erróneo añadir pentagramas a la extensísima Novena sinfonía de Gustav Mahler, una invención que, por sí misma, constituye un hecho musical completo no sólo por la duración, sino también por el tempo artístico, de tanta y tan variable consistencia y de no menor valor representativo.
La Sinfonía en re mayor, tantas veces señalada como un Adiós, se estrena en Viena, bajo la dirección de Bruno Walter, el 26 de junio de 1912, al año de la muerte del compositor, y puede entenderse como un gran compendio del arte mahleriano con connotaciones nuevas -que señala en su inteligente comentario Tomás Marco- y, también, con ciertas renuncias, tal el uso de material vulgar. En cambio, nos encontramos con un tiempo que para muchos supera el celebérrimo Adagietto, y un formidable movimiento inicial.
Budapest Festival Orchestra
Director: I. Fischer. Obras de Schubert y Mahler. Grandes Orquestas. Ciclos de Ibermúsica. Auditorio Nacional. Madrid, 28 de abril.
Notabilísimo es el uso fragmentado de la gran orquesta que nos trae, una y otra vez, evocaciones e imágenes de un estilo camerístico. Persiste lo burlesco o irónico en el Rondó, y al final se impone, con hermosa y morosa andadura, el sentimiento de la desolación. La música, aún ausente de referencias biográficas o descriptivas de los mundos interiores y exteriores -Alma y Naturaleza-, es tremendamente humanística.
La versión del director Ivan Fischer, y la precisa y preciosa categoría de los instrumentistas, puso en claro ese universo terminal, ese adiós a la Viena de ayer, que se agita y resucita en el entero legado de un compositor seguro de la venida de un mañana que es ya hoy en su historia y vigencia. Antes la Sinfonía número 4, impropiamente calificada de Trágica, de Schubert, obtuvo una considerable traducción, con lo que el éxito se alcanzó plenamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de abril de 2004