El País-Madrid recoge que sólo el 5,47% de los vehículos pasan por el puente de San Fernando a la velocidad señalada de 80 kilómetros a la hora. La lectura de este hecho es clara: ese límite es irreal. Lo mismo se observa en sitios tales como el túnel de Santa María de la Cabeza, donde con frecuencia el límite es 30 kilómetros a la hora que, obviamente, nadie cumple. Y en cuanto al límite general urbano de 50 kilómetros a la hora, pruebe a ir a esa velocidad por Castellana, Herrera Oria o cualquier otra vía despejada, y la colección de epítetos malsonantes que va a recolectar no será pequeña. Y eso si tiene la suerte de que no le embisten por detrás.
El dictar normas durísimas, que nadie cumple, es una pésima práctica. Hagamos normas razonables, que al ser aceptadas y cumplidas por una mayoría de ciudadanos, se interiorizan y de verdad transforman la cultura ciudadana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de mayo de 2004