LA VENOX 250 ha sido un acierto pleno de Kymco. Estaba pensada para los amantes de las custom, pero ha triunfado entre quienes buscan una moto completa, racional y utilitaria. Y cuesta lo mismo que cuando salió, 3.880 euros, entre un 15% y un 20% menos que sus rivales japonesas. La Venox 2004 ha cambiado sólo el faro y la instrumentación. Y es una custom clásica que recoge las tendencias de estas motos: larga, ancha, bajita y con el asiento muy cerca del suelo para parecer más potente, musculosa y de más cilindrada.
- MECÁNICA 'CUSTOM'
Para presumir de ser una auténtica custom hay que tener un motor bicilíndrico en V y longitudinal. Y la Venox lo cumple con su moderno propulsor en V a 90º con refrigeración líquida. Rinde 26,6 CV a 10.500 vueltas y ofrece un funcionamiento suave y equilibrado. Mantiene un cambio con las cuatro primeras marchas bien escalonadas y una quinta larga para viajar a ritmos tranquilos sin castigar el motor.
Destaca la respuesta del freno de disco delantero, que contrasta con el anticuado tambor trasero. Y la robusta horquilla delantera y la originalidad de los escapes con salida Bazooka realzan su carácter.
- NO SÓLO PARA PASEAR
La relación entre lo que cuesta y lo que ofrece la Venox 250 la sitúa entre las mejores custom. Y aunque son motos para lucirse en terrazas de verano, admite el uso diario en ciudad y trayectos interurbanos.
Sorprende su agradable comportamiento: se recupera bien desde bajo régimen, sube de vueltas con alegría y circula a buen ritmo con soltura (140 km/h. de marcador). Sólo desentona la sequedad de las suspensiones, motivada por el escaso recorrido de estas motos. Pero la calidad de los mandos y los acabados superan ampliamente sus ajustados precios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de mayo de 2004