El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, aseguró ayer ante las cadenas de televisión Al Arabiya y Al Hurra -ésta, con sede en Virginia- que los culpables de las torturas en Irak "serán castigados". "Son prácticas odiosas" y sus autores "no representan a América", aseguró el presidente, en su campaña ante los países árabes para contrarrestar la pésima opinión que han generado las imágenes de las torturas a manos de sus soldados. Bush no pidió perdón, como hizo la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice. Los demócratas pidieron la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, si el escándalo continúa.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de mayo de 2004