JUNTO A LOS actos en el Recinto Fórum, toda la ciudad de Barcelona acogerá la onda expansiva del evento en una amplísima oferta que se inicia el día 14 con el concierto inaugural consagrado al Réquiem de Guerra de Britten. El Palau de la Música acogerá algunas citas sinfónicas de lujo -destaca la Orquesta Filarmónica de Múnich dirigida por James Levine, pero el grueso de la oferta de música clásica tendrá lugar en el Auditori. No es una oferta muy ambiciosa, se echan de menos los grandes nombres de la creación musical actual, y apenas hay estrenos. Entre las obras de autores españoles destaca El libro del destierro, de Sánchez Verdú, en una velada dirigida por Ernest Martínez Izquierdo, con María Bayo como solista. Abundan las obras de absoluto repertorio que reúne, entre otras célebres partituras: las Suites de Bach, interpretadas por Lluís Claret, Natalia Gutman y Truls Mork; el Réquiem de Mozart, con Leopold Hager y la English Chamber Orchestra; la Misa en si menor, de Bach, y Las estaciones, de Haydn, dirigidas respectivamente por Robert King y Martínez Izquierdo, o El Pessebre, de Pau Casals, dirigido por Antoni Ros Marbà. Entre las citas estelares, Daniel Barenboim, dirigiendo a la West-Easter Divan Orchestra, y Jordi Savall, al frente de la Capella Reial de Catalunya, Hespèrion XXI y el Ensemble Kaboul.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de mayo de 2004