Primero tuvo lugar la noticia de la posible prohibición de las corridas de toros en Barcelona, sobre lo que nos han llovido muchas opiniones a favor y en contra. Después llegaron las quejas sobre La Feria de Abril de Barcelona, un tema bastante chocante al que A. R. Almodóvar contestó en estas páginas con mucha contundencia. Y tras ese aluvión de criterios me ha sorprendido un comunicado de la organización del Fórum Barcelona 2004, en el que se afirma que el evento tan importante, de 141 días, se irá construyendo y modificando según las demandas de los visitantes.
Digo que me ha sorprendido porque me parece una idea más abierta y razonable que las dos anteriores, la de los toros y la de la Feria. La opinión de los visitantes está por encima de los detalles de la programación, por lo que se puede dar marcha atrás y cambiar lo que haga falta sin que ello signifique una pérdida de autoridad ni de dignidad para los organizadores. Así de fácil debería resultar siempre para todos y para casi todo. Y en realidad no debería asombrarme de los catalanes porque ya sabemos que son tan inteligentes como para llegar a esa conclusión y como para llevar a cabo con éxito este primer Fórum Universal de las Culturas, un punto de encuentro de los ciudadanos de todo el mundo y un espacio de diálogo de los debates urgentes del siglo XXI. Además, la campaña publicitaria ha sido magnífica y tan atractiva como para que se nos antoje ir a los andaluces con ocasión de cualquiera de los muchos temas interesantes que se van a desarrollar.
Pero también es cierto que el nacionalismo puede ofuscar el intelecto y hacer caer en errores que despistan a quienes no están acostumbrados a pensar desde el interés nacionalista. No es nada nuevo y es como para estar acostumbrados con los años que llevamos de nacionalismo vasco, pero esta vez me ha ocurrido así con el catalán; por un lado con el tema de los toros y el derecho de los animales como argumento, que me parece muy parcial, y con las quejas de la Feria de Abril de Barcelona, tan injustificadas que me hicieron confundir la imagen que siempre había tenido sobre la inteligencia catalana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de mayo de 2004