El subdelegado del Gobierno en Castellón, Juan María Calles, tomó ayer posesión de su cargo y anunció la unificación de todos los servicios en materia de extranjería que actualmente se encuentran dispersos por la capital de La Plana. Calles calificó la situación de "precariedad absoluta", la definió como la "más preocupante de toda la Comunidad Valenciana" e hizo referencia al hecho de que en Valencia y Alicante exista una Oficina de Extranjería de la que carece Castellón. Así, el subdelegado pretende afrontar las "colas escandalosas de inmigrantes y un servicio fragmentado y poco cohesionado" con un aumento de la plantilla, un trabajo eficiente para evitar los retrasos en los expedientes y el logro de alejar cualquier sospecha de corrupción al gestionarlos.
Otro de los retos planteados por Calles es la creación de un observatorio provincial contra la violencia doméstica en el que participen medios policiales y judiciales y algunas infraestructura de apoyo a las mujeres maltratadas. El delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, también se refirió a la violencia de género y sostuvo que el incremento de efectivos "contribuirá a mejorar la situación".
El nuevo subdelegado prometió su cargo y se comprometió a "conocer, comprender y trasladar las aspiraciones de los ciudadanos de la provincia" y a trabajar "contra el uso impropio de las instituciones públicas en beneficio de unos pocos". Entre los asistentes no se encontraban ni el alcalde de Castellón, José Luis Gimeno, que estuvo representado por el alcalde en funciones, Alberto Fabra, ni el presidente de la Diputación, Carlos Fabra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de mayo de 2004