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CARTAS AL DIRECTOR

Imágenes de torturadoras

En el Irak de Sadam las mujeres escogían esta carrera o la otra, conducían su coche a su centro de investigación, su oficina o sus negocios, y beneficiaban a todas las mujeres árabes demostrando a los fundamentalistas que esas libertades y oportunidades de que ellas disfrutaban eran perfectamente compatibles con la decencia y la normalidad, contribuían al progreso y al bienestar de la sociedad iraquí y ni por asomo podían vincularse al descontrol, el libertinaje y la erosión de los valores morales fundamentales.

Gracias a Bush, los fundamentalistas vuelven a asociar a Occidente no con estos valores que la mujer iraquí ejemplificaba, sino con "marimachos bravucones" como la soldado England (adjetivos de su madre), con el descontrol, el descaro, la indecencia, la perversión sexual, las vejación de los hombres, la chulería, y la total falta de respeto a la dignidad humana y a los valores morales fundamentales. La imagen de England es desastrosa para el avance de la mujer moderna frente a los fundamentalistas que sustituirán a Sadam.

Muy bien, George, sigue dándoles con hechos la razón que les niegas de palabra.

Y ya que, gracias a los fundamentalistas, puedes violar más abiertamente que nunca todas las convenciones de Ginebra, todos los acuerdos internacionales y todos los valores morales fundamentales, y, como si nada, además de la razón, podías darles las gracias. Y a las mujeres, que las zurzan, y a los torturados, también. Tú a lo tuyo: poder, petróleo y contratos millonarios. Sin tapujos, hombre, que sólo los estadounidenses tienen derechos humanos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de mayo de 2004