Entre las soluciones propuestas por los políticos para paliar el grave problema de la vivienda en Barcelona destaca una recurrente: pisos de alquiler para jóvenes. Como joven que en 1998 tuvo la suerte de acceder a una de estas viviendas, me permito hacer una reflexión. La fórmula de pisos de alquiler por cinco años para jóvenes en Barcelona se propuso para favorecer su emancipación, de modo que mejoraran su situación laboral y pudieran así acceder a una vivienda estable en la ciudad.
A punto de la finalizar los primeros contratos de la promoción, el incremento incontrolado de los precios en los cinco últimos años hace que actualmente sea imposible acceder a una vivienda digna y estable en Barcelona. El objetivo no se ha cumplido.
Ya que no se nos permite renovar nuestro contrato por edad o baremos de ingresos económicos, obsoletos dados los precios de mercado, la fórmula de los contratos por cinco años deja desamparadas ahora a familias que muchos de nosotros hemos formado y nos aboca a abandonar Barcelona cuando precisamente era lo que se quería evitar. Ante esto, sorprende la poca voluntad de diálogo de los políticos con los que hemos intentado hablar desde hace meses. Si verdaderamente quieren solucionar el problema de la vivienda en Barcelona, dejen de lado la demagogia y dialoguen con estos centenares de familias para hallar una alternativa realista y evitar que los jóvenes que vienen detrás caigan en la misma trampa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de mayo de 2004