Los propietarios de la firma zapatera Martínez Valero de Elche han rechazado la alternativa al cierre de la dirección general de Trabajo de retirar las cartas de despido de los 146 trabajadores a cambio de un expediente de suspensión temporal de empleo por espacio de un mes y mientras tanto estudiar un plan de viabilidad de la factoría.
El director general de Trabajo, Román Ceballos, intentó sin éxito en la tarde de ayer reconducir la clausura de la empresa durante una segunda reunión con el gerente y representantes legales de Martínez Valero. Los propietarios de la factoría declinaron realizar comentario alguno sobre el resultado del encuentro. Sin embargo, Ceballos confirmó que la empresa se mantuvo firme en su intención de extinguir totalmente la actividad de la fábrica. "No habrá expediente de suspensión temporal de empleo y, por tanto, a partir de ahora tenemos que comenzar a negociar un expediente de extinción laboral de la plantilla", comentó Ceballos, momentos antes de comenzar un nuevo encuentro con el comité de empresa. En esa reunión, que no había finalizado al cierre de esta edición, Ceballos trasladó a los representantes de los trabajadores la postura de la empresa y su negativa a retomar la actividad.
La empresa, tras 54 años de actividad, cerró por sorpresa el pasado día 3 y presentó una suspensión de pagos. La firma alega un pasivo de cinco millones de euros, derivado fundamentalmente de impagos de los clientes americanos, principal mercado de la fábrica ilicitana desde su apertura en mayo de 1950.
La dirección general de Trabajo calificó el cierre "como ilegal", ya que no medió un previo expediente de regulación de empleo y anunció el inició de un expediente que podría acarrear una sanción de 12.000 euros.
Los trabajadores también rechazaron la clausura de la firma y achacan las dificultades económicas a "errores" en su gestión en los últimos tres años, cuando a raíz de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York se agudizó la crisis del sector del calzado. El comité de empresa también denunció que durante el fin de semana previo al cierre los propietarios retiraron toda la maquinaria de la factoría, instalada en el polígono industrial de Altabix desde 1983. El comité de empresa tampoco descarta la posibilidad de que los propietarios reabran la fábrica en otro punto de Elche o en el extranjero.
Además de la crisis del sector del calzado, otras dos cuestiones que han abocado al cierre a los herederos del industrial Manuel Martínez Valero son la atípica estructura productiva y laboral de la empresa: la fábrica asumía todo la cadena productiva y los 146 miembros de la plantilla eran fijos, con una antigüedad media de 20 años.
Las primeras luces de alarma sobre el estrangulamiento de la fábrica llegaron en diciembre de 2003. En esa fecha la propiedad hizo una ampliación de capital de 1,5 millones de euros y planteó al comité la necesidad de un expediente de regulación de empleo, que luego no materializó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de mayo de 2004