El presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo, invitó al presidente de México, Vicente Fox, a que convoque a todas las fuerzas políticas para reanudar el suspendido diálogo sobre reformas y, conjuntamente, redactar una agenda nacional. Desde marzo, la sucesión de escándalos y riñas y la crisis con Cuba se ventilan en la prensa, y las instituciones encargadas de dirimir las diferencias e impartir justicia quedaron relegadas. El permanente electoralismo, la ausencia de una cultura de la conciliación y el déficit en el sentido de Estado son algunas de las causas del marasmo.
La tregua parece obligada para superar el videoescándalo: la pública exhibición de actos de corrupción de colaboradores del alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), izquierda, y favorito en las encuestas ante las presidenciales de 2006. Los vídeos fueron filmados por un empresario acusado de corrupción, Carlos Ahumada, huido a Cuba y deportado a México. Supuestamente, declaró en la isla que funcionarios del Gobierno maquinaron el videoescándalo para arruinar la carrera de López Obrador. El Ejecutivo lo niega.
"La lucha entre los partidos políticos debe darse en el terreno de las ideas y proponer a la ciudadanía soluciones a sus problemas", subrayó Madrazo, que también aspira a la nominación presidencial de su partido, igualmente sumido en corrientes. Probablemente le complació el descenso de la popularidad de López Obrador a raíz de la difusión de las películas, que sorprendieron a tres de sus colaboradores jugando en casinos de Las Vegas con fondos públicos o aceptando dinero del empresario Ahumada a cambio de contratos.
"Es preciso y urgente dejar atrás la descalificación estéril", subrayó el dirigente de un partido, primero en escaños, gobiernos estatales y alcaldías, también sumido en guerra de facciones desde que perdiera la presidencia imperial de la república en 2000. Imposibles en el Congreso las reformas fiscal, energética o laboral, e inciertas la judicial y la electoral, la sucesión del presidente Fox parece interesar más y determina buena parte de la agenda de los partidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de mayo de 2004