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OPINIÓN DEL LECTOR

Ideas para que haya más ejercicio en el ajedrez

El señor Garai, director de Deportes del Gobierno vasco debería saber que la selección de Euskadi cadete de ajedrez acaba de clasificarse en Leganés para las finales del campeonato de España, que se celebrarán en Cádiz en junio. Nuestra selección, que es, pese a su menosprecio, una de las ocho mejores comunidades de España en esa categoría, irá a defender a Euskadi, a pesar de que la Dirección de Deportes ni les ha comprado unos chándales ni les han facilitado un medio de transporte.

Creo que he encontrado la solución a nuestro problema, la fórmula mágica que nos permitirá entrar la ridícula definición que el señor Garai y sus asesores hacen del deporte. Según esta definición, el ajedrez vasco -digo vasco porque sólo necesita esos requisitos aquí, en Euskadi- debe demostrar que en su práctica hay "un esfuerzo físico significativo". Pues bien, hecha la ridícula ley, hecha la ridícula trampa, que consiste básicamente en dotar de algo de más de "ejercicio físico significativo" al ajedrez deportivo, de forma que cuando la gente que no tiene ni idea del desgaste físico y mental que requiere nos vea practicándolo observe de un simple vistazo cómo nos esforzamos. Para que el señor Garai esté satisfecho y podamos entrar en su ridícula definición de deporte, podríamos introducir el Xakekorrika, que consistiría en dar, cada 10 movimientos, algunas vueltas alrededor de la mesa, de la sala o del patio del colegio, según se practique en espacio cerrado o al aire libre.

También tenemos el ridículo Xakeflekxioa, en el que se harían cada tantos movimientos equis flexiones. A lo mejor, en esta modalidad los abueletes y los rellenitos no ganarían tampoco una partida ni de casualidad, pero qué se le va a hacer. Por último, la modalidad estrella, el ridículo Xakejo vasco, consistiría básicamente en parecerse lo mas posible a otros deportes con mucho arraigo social. Cuando un jugador se coma una pieza del otro, debe arrearle con ella en el ojo rápidamente. El otro jugador, por su parte, podrá defenderse dando patadas por debajo de la mesa o codazos por encima.

En esta modalidad no importa mucho, como puede verse, la edad ni la forma física de los jugadores, sino la puntería y la mala leche. Qué duda cabe que necesitaremos reciclarnos en cuanto a material deportivo se refiere, ya que no bastará con el tablero, reloj y piezas tradicionales; además, los ajedrecistas deberán llevar casco, rodilleras, coderas, espinilleras, etc., y también necesitaremos masajistas y un seguro fuerte de accidentes. Pero suponemos que la Dirección de Deportes nos ayudará en este reciclaje deportivo con subvenciones también significativas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de mayo de 2004