Se acababa de cerrar la fusión del Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya, en 1988. Al año siguiente, Emilio Botín, desde el Banco Santander, desconcertó a sus competidores con las supercuentas, que remuneraban al 12% el pasivo que, hasta entonces, estaba al 1%. El nuevo BBV tenía que lanzar un revulsivo comercial para aunar fuerzas. Así, hace ahora 14 años, Alfredo Sáenz, entonces consejero delegado del BBV, Pedro Luis Uriarte, director general comercial, y José Ignacio Goirigolzarri, responsable de las oficinas, lanzaron El Libretón y ofrecieron un juego de manteles a los que colocaran 100.000 pesetas. La inexperiencia provocó problemas, pero lograron su cometido.
Desde aquella promoción, el ahora BBVA ha repartido 14 millones de regalos (toallas, sábanas, mantas, albornoces, ollas) entre 10 millones de clientes que han participado en las promociones españolas. Ahora hay 4,3 millones de titulares de libretones en España y ocho millones en Latinoamérica. El director de Banca Minorista del BBVA, Julio López, comentó ayer que estas cifras "convierten al libretón en un producto único en el panorama financiero. Las supercuentas han desaparecido pero el libretón sigue vivo y ha permitido captar 18.000 millones en siete países". El próximo lunes, el BBVA iniciará una nueva promoción para captar en 15 días 1.500 millones de 500.000 clientes, un 10% de ellos "que ahora no son del banco", según López. En esta campaña entregará un juego de copas por el ingreso de 3.000 euros, con un TAE del 3%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de mayo de 2004