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Crítica:

Luces de fotografía

Dakar es el escenario de Rut Blees Luxemburg para la serie Phantom. En ella, la artista alemana muestra con fotos nocturnas la desolación y ausencia humana, filtradas por luces amarillas y, a veces, emplomados grises. Es su primera exposición individual en Madrid.

Rut Blees Luxemburg es una artista alemana nacida en 1967, pero de formación y residencia británicas. Como muchos otros colegas contemporáneos, R. B. Luxemburg emplea la fotografía, lo que hoy no significa que sea una profesional de este medio en el sentido tradicional, incluso a pesar de, en su caso, haber cursado esta especialidad y ser, en la actualidad, profesora de esta materia en el Royal College de Londres.

Y es que el arte actual no sólo ha asumido el uso versátil de cualquiera de los medios plásticos tradicionales, sino que, cuando se afinca en la imagen, emplea asimismo, con plena libertad, todo el repertorio tecnológico disponible que permite su manipulación y reproducción indeterminadas.

PHANTOM

Galería Travesía Cuatro

Travesía de San Mateo, 4 Madrid

Hasta el 31 de mayo

Lo que ahora R. B. Luxem-

burg exhibe en Madrid, en la que es su primera muestra individual en nuestra ciudad, con el mencionado título de Phantom, es una selección de la serie de imágenes sobre Dakar, la capital de Senegal, que presentó hace un año en la Tate Gallery de Liverpool. Al margen de la intención conceptual subyacente de relacionar estos dos importantes enclaves portuarios, los de Dakar y Liverpool, cuyos nexos históricos se remontan a los pasados tiempos del comercio de esclavos y el colonialismo, el tratamiento de las imágenes se corresponde con la desolada visión nocturna de las ciudades actuales, característica de R. B. Luxemburg, la cual elude la presencia humana, aísla fragmentos de perspectivas, edificios u objetos, captados en el aleatorio paseo de una deriva personal, pero, sobre todo, somete a las imágenes resultantes a un filtro cromático que exalta el predominio de la gama ácida de las luces amarillas, aunque también, más excepcionalmente, los tonos grisáceos, como en el par de hermosas impresiones digitales de Mezquita I y II (2002). En cualquier caso, mediante estos amarillos, cuyo turbio fulgor puede hacer adquirir el aspecto dorado de una fundición a una alcantarilla, o mediante el tamiz emplomado de los grises, R. B. Luxemburg logra una sensación de hiperrealidad irreal, de sombras espectrales, de extraña fantasmagoría, que se pega como una costra fosforescente al destartalado espacio urbano. En todo este conjunto de fotografías, impresas sobre soporte de aluminio, se aprecia, no obstante, la huella pictórica, con resonancias que nos remiten desde Rembrandt hasta la Escuela de Londres y, si se me apura, hasta las descascarilladas imágenes de los nouveaux réalistes de los años sesenta.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de mayo de 2004

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  • Rut Blees Luxemburg