Versión de impacto del Réquiem de guerra de Benjamin Britten, dirigido por Mstislav Rostropóvich, ayer en el Auditori de Barcelona. Diez minutos largos de aplausos, con el público que casi llenó el aforo puesto en pie, fueron la cálida respuesta a la enardecida versión de la obra del maestro azerbaiyano. Entre los asistentes, estuvieron el alcalde de la ciudad, Joan Clos; el ministro de Industria, Turismo y Comercio, José Montilla; la consejera de Cultura de la Generalitat, Caterina Mieras, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell. Único punto negro de la velada fue algún que otro chirrido de puerta. En el recinto del Besòs, el Fórum vivió también su primera noche de verdadera animación. El concierto de Gilberto Gil y los espectáculos de última hora registraron una buena entrada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de mayo de 2004