Un musulmán francés de 22 años fue condenado ayer en Brest a 10 meses de prisión, de los que deberá cumplir dos, por maltratar a su mujer después de que fuera examinada por un ginecólogo. La mujer, que estaba embarazada cuando recibió la paliza, fue trasladada urgentemente al hospital por un vecino, donde ingresó el 7 de marzo con hematomas en piernas y nalgas, por golpes asestados con un cinturón y con alambres.
El agresor, de origen argelino, lleva seis años en Francia. En el juicio explicó que su esposa le debe respeto y que ya la había pegado otras veces por contestarle. La mujer asistió al juicio y aseguró que la pareja ya lo había discutido y todo estaba "resuelto". El hombre pidió perdón durante la vista.
"Soy musulmán practicante, me educaron en ese ambiente", alegó. No consta que actuara así por consejo de ningún islamista radical, pero el castigo físico a las mujeres ha sido sostenido en público por uno de los imames expulsados recientemente. El rechazo de algunos musulmanes a recibir atención médica de personas del otro sexo es uno de los debates más vivos en el país desde la prohibición legal de signos religiosos "ostensibles" en los colegios públicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de mayo de 2004