La renovada apuesta por la desalación contrasta con la falta de uso de las dos grandes desaladoras construidas en Andalucía. Hace dos años que culminó la construcción de la planta desaladora más importante de Europa, en Carboneras (Almería), con capacidad para desalar 42 hectómetros cúbicos al año. Sin embargo, su funcionamiento está parado. No suministra ni un solo litro porque no se ha culminado la red secundaria que unirá la planta con los invernaderos. La planta, que costó 120 millones, ni ha realizado el período de pruebas. Los canales costarán 10,5 millones.
El único uso de la planta es el industrial: la desaladora enfría el agua de la central térmica ubicada también en Carboneras para recuperar energía. Esta función, sin embargo, representa el 2% de su capacidad de trabajo.
La otra gran desaladora está en Marbella. Pero tampoco funciona. Construida por el ex alcalde Jesús Gil en 1996 está parada, informa Meme del Río.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de mayo de 2004