El presidente del Gobierno quiere pilotar un proceso de reforma de la Constitución y de los estatutos de autonomía pactado con el PP, pero también con los partidos nacionalistas. La idea motriz es que el "café para todos" ayudó a sacar adelante la Constitución y ha permitido convivir a los españoles durante los últimos 25 años, pero ha llegado la hora de la reforma a la carta de los estatutos, es decir, con respeto a las aspiraciones de cada comunidad autónoma. El proyecto no es una concesión a los nacionalistas, aseguran fuentes del Ejecutivo, sino un reflejo de la concepción plural de España que mantiene el propio José Luis Rodríguez Zapatero, que impulsa el proceso de forma personal. El presidente está convencido, según las mismas fuentes, de que la generación a la que pertenece quiere adaptar la organización territorial a las aspiraciones de las comunidades autónomas.
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El Ejecutivo pondrá en marcha el proceso con un informe del Consejo de Estado, que debe estar ultimado en un año. Mientras, Rodríguez Zapatero restablecerá el diálogo del Gobierno central con los de todas las comunidades y con los partidos, en especial con el PP. Su líder, Mariano Rajoy, advirtió ayer desde Galicia de que acepta la reforma de los estatutos, pero con la exigencia de que todos se igualen con el de mayor techo competencial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de mayo de 2004