Unos 110 vecinos de Peratallada (Baix Empordà), la práctica totalidad de sus residentes, han firmado un documento en el que se reclama la anulación de una licencia urbanística que permite la construcción de cuatro viviendas adosadas en la céntrica plaza del Castell. Los vecinos consideran que las casas, adosadas a la muralla medieval y con una altura de nueve metros, constituyen una flagrante vulneración de la Ley del Patrimonio Catalán en un bucólico enclave catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional.
La misiva, que ha sido enviada a diversas instancias de la Generalitat, al alcalde de Forallac, municipio del que depende Peratallada, y al fiscal jefe de la Audiencia de Girona, insta a los organismos a tomar "las medidas necesarias para la anulación de la licencia porque vulnera el fondo y el espíritu de la ley de 1993".
Los opositores consideran que la construcción es una operación "especulativa" que "destroza totalmente el encanto y el ambiente medieval". Francesc Saguer, portavoz del grupo opositor, asegura que el municipio ve el proyecto como una "agresión espantosa" y destaca que sólo cinco vecinos han rehusado firmar. En el documento se lamenta también que las casas se pretendan emplazar en un antiguo jardín, que se hayan derruido bóvedas y muros de la casa noble adyacente y que el conjunto suponga una grave transformación de la "silueta paisajística".
Pese a que el proyecto contó con el beneplácito del anterior Gobierno catalán y de la preceptiva autorización de la comisión territorial de patrimonio, el actual delegado de Cultura en Girona, Joan Solana, ordenó recientemente una excavación arqueológica, previa a la construcción, que el anterior Ejecutivo había "olvidado". El hallazgo de restos históricos de valor -han aparecido vestigios del paramento de una torre- aparece como la última posibilidad para evitar el proyecto. Las excavaciones se prolongarán durante un mes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de mayo de 2004