Nunca se había ido, pero en los últimos tiempos la vida profesional de José Menese fue un tanto irregular por diversos avatares. En Fuenlabrada, el domingo, nos sorprendió con un aspecto estupendo, delgado, rejuvenecido, la voz de sus mejores tiempos y las maneras, también, de sus mejores tiempos. O sea que cantó. Por derecho, obviamente, pues en este cantaor sería impensable otra cosa. Con grandeza, como corresponde a quien manejó siempre el cante con la rotundidad de un poder expresivo total. Con belleza; sobre todo, con belleza. Hizo un recital extenso y pródigo en estilos que se oyen raramente -cante de trilla, nana, tangos de Málaga, petenera, caracoles, guajira-, más esas dos columnas fundamentales de lo jondo que son la soleá y la siguiriya. Menese, un maestro, ayer como hoy.
XX Jornadas Flamencas
Cante: Antonio Porcuna, El Veneno, y José Menese. Toque: Alberto Lucena y Antonio Carrión. Sala Municipal de Teatro Nùria Espert. Fuenlabrada, 16 de mayo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de mayo de 2004