Una de las variables definitorias de la salud de eso que se llama el Estado de bienestar es el nivel de prestaciones para aquellos miembros de nuestra comunidad que se encuentran con necesidades vivenciales. Servicios como el denominado de ayuda a domicilio están inmersos en este plano, pero algunos responsables de nuestro Ayuntamiento al parecer sólo lo consideran como un gasto, no como inversión social, y, en una clara politica neoliberal, pretenden atentar contra él.
El Ayuntamiento de Bilbao ha estado, durante años, pagando por debajo de lo que suponía la aplicacion del convenio colectivo, aportando para esta prestación menos dinero por servicio del que costaba a cualquier otro ayuntamiento vizcaíno, y ahora que se han visto obligados a ponerse en linea con el resto, pretenden ajustar sus costes reducciendo los servicios. No les importan las necesidades sociales, no les importa la calidad del servicio ofertado, no les importan las condiciones de trabajo de las mujeres que trabajan en esta profesion; solo quieren ajustar sus presupuestos, y para ello pretenden, en unos casos, reducir los servicios que prestan, y en otros reducir el tiempo.
La razón no es mejorar la calidad de los servicios o responder las necesidades de innumerables ciudadanos que se ven con esta necesidad, sino que es producto de su interés en reducir los costes del mismo. Luego, cuando se encuentren con un conflicto, con la ciudadanía en la calle, con las trabajadoras en las esclinatas del Ayuntamiento, gastarán dinero en tratar de justificar mediaticamente sus políticas neoliberales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de mayo de 2004