Hasta las 14.30 horas de ayer, el aeropuerto de El Prat funcionó a medio gas. La espesa niebla que se levantó en el litoral catalán como efecto del choque entre las altas temperaturas registradas en la tierra en comparación con las del mar, que aún son bajas, obligó a la instalación aeroportuaria a operar con una sola pista, la principal, y ocasionó cancelaciones y retrasos en los vuelos a lo largo de toda la jornada.
Desde primera hora de la mañana los espesos bancos de niebla y su movilidad obligaron a AENA a activar los procedimientos de baja visibilidad previstos para estos casos y que garantizan la seguridad de las operaciones de despegue y aterrizaje. Aunque fue mejorando a lo largo de la mañana, la visibilidad era a primera hora de sólo 1,5 kilómetros. La suspensión de las operaciones en una de las pistas, el aumento de la separación de las aeronaves en las maniobras de despegue y aterrizaje y la activación del ILS, instrumental de luz especial para las operaciones con baja visibilidad, fueron algunas de las medidas que se tuvieron que tomar y que originaron a lo largo de toda la jornada retrasos de una hora de media en los vuelos. La espesa niebla obligó además a la cancelación de 25 vuelos de los 860 programados, 11 de llegada, procedentes de Madrid (4), Bolonia, Moscú, París, Zúrich, Tel Aviv, Burdeos y Santander, y 14 de salida, hacia Madrid (6), Bolonia, Burdeos, Moscú, Ginebra, París, Santander, Valencia y Almería. También tuvieron que ser desviados al aeropuerto de Girona seis vuelos, de las compañías Iberia (3), Swiss, Air Nostrum y Virgin; y tres más al aeropuerto de Reus, de Iberia, Air Nostrum y KLM.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de mayo de 2004