"Pese a su título, no es una cosa de brujas, misteriosa y secreta, sino el fruto del inconformismo y el trabajo de una familia a través de los siglos", dice Pío Caro Baroja. El escritor, editor y cineasta define así El embrujo de los Baroja, una exposición inaugurada ayer en el Archivo General de Navarra, en Pamplona, que recogerá hasta diciembre la memoria y la actividad de esta estirpe de intelectuales y artistas a través de 108 piezas de los fondos de la propia familia. Buena parte del material procede de Itzea, el caserío familiar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de mayo de 2004