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Castells afirma que la sociedad no acepta la manipulación informativa

El sociólogo abre un debate sobre ética y poder en el periodismo

La desinformación tras los atentados del 11-M, pero también la difusión a través de Internet de las fotografías de las torturas a presos iraquíes, han provocado cambios fundamentales en el mundo de la comunicación: los medios tradicionales han sido sustituidos en parte por la telefonía móvil y la Red, y los mensajes persona a persona han logrado la movilización de la sociedad civil. "Se acabó la manipulación informativa sin respuesta por parte de la sociedad", lanzó ayer el sociólogo Manuel Castells.en el diálogo sobre Información, poder y ética en el siglo XXI q ue se celebra en el Fórum.

La reflexión sobre lo sucedido desde el punto de vista de la comunicación entre el 11-M y el 14-M centró la jornada. Daniel Gavela, director general de la cadena SER, calificó lo sucedido de "revolucionario". "El móvil", dijo, "se convirtió en una potente herramienta de comunicación, por su capacidad de crear estados de opinión en red, individuo a individuo, distintos de los mensajes propagados en abierto por las ondas". Gavela añadió, no obstante, que esa reacción ciudadana se produjoporque había un poso: la pérdida de crédito del PP en casos como la participación en la guerra de Irak o el Prestige. El periodista deploró que, tras los resultados del 14-M, la SER fuera sometida a "una campaña de descrédito" por parte del PP y de sus medios afines, y pidió que el futuro juzgue a la cadena "por el trabajo periodístico que hicimos y no por las consecuencias políticas que hubo, con las que nada tenemos que ver".

Antoni Bassas, de Catalunya Ràdio, advirtió que la influencia de los poderes en los medios puede generar cada vez más desconfianza en los ciudadanos. "Los ciudadanos comienzan a tener la impresión de que el mundo no es como lo pintan los periodistas", alertó. La catedrática de la Universidad de Valencia Adela Cortina apeló a la ética del periodista y de las empresas, pero también a la del ciudadano, que, "castiga con su capacidad de elegir y de rechazar la información que no ve fiable".

En la mesa Informar desde el País Vasco se habló de la dificultad que tienen los periodistas que trabajan en Euskadi. Gorka Landáburu, director de Cambio 16, señaló que, aunque ETA lleve tiempo sin asesinar, las amenazas no han desaparecido y hay muchos periodistas que viven en la semiclandestinidad. La también periodista vasca Carmen Gurruchaga habló del miedo de los periodistas en Euskadi. Citó el problema que tiene un periodista que va con escolta: "¿Qué tipo de información te van a dar si apareces con dos guardaespaldas?". "En el País Vasco se han perdido los principios del periodismo", sentenció.

Cerró el primer día de los tres que durará este diálogo la mesa titulada La concentración de medios en España. Los ponentes coincidieron en que la concentración empresarial no tiene por qué ser un obstáculo para la libertad del periodista. El director adjunto de EL PAÍS Xavier Vidal-Folch y el vicepresidente y consejero delegado del grupo Vocento, José María Bergareche, no descartaron que algunos procesos de concentración pueden suponer un peligro para el pluralismo, pero a la vez defendieron que las empresas periodísticas deben ser fuertes económicamente, lo cual asegura su independencia y la de sus profesionales.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de mayo de 2004