Estoy hastiado de la dichosa boda. No se puede coger el periódico, ni encender la radio, ni ver la televisión sin que te agobien con la boda. Cuando veo el despilfarro monetario que genera, me reafirmo en mis convicciones republicanas. Ya es hora de abrir un debate para decidir si queremos seguir manteniendo a una familia real o invertir todo ese dinero que gastan en palacios, coches de lujo, viajes, seguridad, etc., en otros fines más necesarios como ayudar a la gente que no llega a fin de mes, a los que no tienen vivienda, en sanidad, educación. He oído que el lehendakari irá a esa boda, me parece muy mal y me sentiré defraudado porque la mayoría de la sociedad vasca no es monárquica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de mayo de 2004