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Condenado a 11 años de cárcel un menor por dos intentos de homicidio en un día

La Audiencia de Sevilla ha confirmado la condena de 11 años de reclusión a M.L.G por intentar matar a un farmacéutico y a la dueña de una tienda de informática el 21 de mayo de 2003. El joven, que tenía 15 años cuando ocurrieron los hechos y fue detenido a las pocas horas de cometer los delitos, pertenece a una familia "desestructurada", según recoge la sentencia que ratifica la pena impuesta por el Juzgado de Menores.

El menor "no muestra arrepentimiento o remordimientos por los hechos" y cree que los delitos "le han proporcionado fama y liderazgo", según la sentencia. El condenado se había fugado de un centro de menores, por tercera vez consecutiva, con otras seis personas el día antes de cometer los delitos. La noche de la fuga robó un ciclomotor y al día siguiente atracó a punta de pistola una farmacia en Sevilla. El farmacéutico se negó a darle la recaudación y el menor le disparó tres veces, sin darle, antes de salir huyendo.

Después, se encaminó a otro establecimiento y encañonó por la espalda a la propietaria de una tienda de informática que estaba abriendo el negocio. La mujer se volvió y el menor disparó, hiriéndola. Luego hizo tres disparos más, el último apuntando a la cara, aunque erró y la bala sólo rozó el cuero cabelludo de la mujer. M.L.G huyó con el bolso de la víctima, que llevaba 4.000 euros y otros objetos personales. La mujer fue atendida en el hospital Virgen del Rocío con "lesiones mortales de necesidad de no haber mediado una intervención quirúrgica de urgencia" y actualmente, según la sentencia, sufre "múltiples secuelas y estrés postraumático". El menor fue detenido tres horas después de cometer el segundo atraco.

El menor se había fugado tres veces de un centro de reforma de Carmona y tiene pendiente numerosas causas por enjuiciar. El letrado del menor apeló la sentencia del Juzgado de Menores y en el recurso alegó que el menor era consumidor de drogas. La sentencia de la Audiencia rechaza este argumento; que el joven "tuviera disminuidas sus facultades intelectivas y volitivas" y que sufriese un trastorno bipolar que pudiese considerse atenuante.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de mayo de 2004