"Yo siempre pensé que los evangelios eran muy ambiguos y que una prédica como la de Jesús, que habla de devolver bien por mal, debía resultar estupenda al poder de la época", afirma el periodista Franco Mimmi (Bolonia, 1942), autor de Nuestro agente en Judea, recientemente publicada por Edhasa.
La novela se centra en las tensiones sociales de la Judea del siglo I antes de Cristo y propone "seguir las huellas de Jesús" para "reflexionar sobre la relación entre religión y poder político". La hipótesis es, cuando menos, provocativa, pues aventura el plan que usó Roma para convertir a Jesús "en un agente secreto al servicio del imperio".
"He tratado de responder dos preguntas: quién mató a Jesús y por qué lo mataron", afirma Mimmi. Una trama y "un cuadro de época" que exigían "tres personajes de la misma importancia": Jesús, Pilatos, gobernador de Judea, y Anduco, "el viejo policía que el emperador Tiberio envía a Palestina a solucionarlo todo". En Italia, la obra ganó el premio Scerbanenco 2000 a la mejor novela policiaca. "Me sorprendió", dice Mimmi, "para mí es una novela política".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de mayo de 2004