En las últimas semanas hemos oído y leído todo lo referente a la boda del príncipe Felipe y Letizia Ortiz. Es noticia en telediarios y programas variados. Escuchamos todo lo referente al vestido, la comida, el recorrido de los novios, los invitados, el ramo, la decoración, el protocolo y toda una serie de temas más.
No quiero meterme mucho en el tema de si esta boda está siendo una exageración tanto mediática como económica.
Ni siquiera si en un siglo XXI como en el que estamos se dé una prioridad tan grande a un acontecimiento como éste.
Pero la verdad es que me resulta muy significativo, y casi macabramente paradójico, que dos días antes tropas del Ejército americano en Irak hayan disparado sobre un grupo de personas que estaban celebrando una boda, no una boda real, sólo una boda de una familia anónima iraquí. Pero en esa boda los novios han muerto, y muchos de los asistentes. Sin embargo, sobre esto sólo se ha pasado de puntillas. Da que pensar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de mayo de 2004