Hoy se juega una final de la Liga de Campeones en Barcelona, en un estadio con capacidad para 55.000 pericos. Son muchas las razones que nos llevan a escribir esta carta de llamada a la afición, pero una de ellas es de peso; el rumor de que se dará una prima equivalente a cinco millones de pesetas al Murcia por hacernos bajar a las catacumbas de Segunda División. Hagamos que salgan ellos de esas catacumbas y se encuentren acorralados como en la antigua Roma, ¡devorémoslos! Hay que subir, con el amigo, el hijo, la madre, el padre, los primos, los suegros, hasta con los amantes si es necesario, pero hay que subir. Subir significa mantenerse, si no bajaremos dos veces, una para irnos desde la montaña mágica hasta casa y la otra para descender a las catacumbas.
Pericos, hoy el Murcia tiene cinco millones de razones para ganar, ¡démosles 55.000 razones para perder! ¡Llenemos el estadio! Hoy sólo vale dejarse la garganta y el alma. Colguemos el no hay entradas con el Murcia. Si sentimos los colores, nos vemos en Montjuïc.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de mayo de 2004