El accidente sufrido por mi hijo en Madrid la tarde del 19 de mayo y la reacción de la policía me ha hecho pensar en estas mujeres.
Al pasar por la acera al lado de un edificio en construcción, a mi hijo le cayó un cascote de dicha obra y, por suerte, sólo le dio en una oreja, en la que tuvieron que ponerle seis puntos.
Después de ser atendido en el hospital de la Princesa, se dirigió a la comisaría de policía para poner la consiguiente denuncia y cuál no sería su sorpresa cuando el oficial de guardia se negó a tramitársela porque, según él, la obra cumplía las normas legales y no había nada que reclamar, pues el daño no había sido demasiado grave.
El mismo oficial le propuso llegar a un acuerdo con el encargado de la obra para ver si le podía dar "algo".
¿Les sucederá lo mismo a las maltratadas y se esperará a que los golpes sean más contundentes?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de mayo de 2004