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La 'Revista Velezana' transcribe el único original del libro de apeo y repartimiento de Vélez Rubio

A la historiadora María Dolores Segura del Pino (Almería, 1949) no hay texto que se le resista. La paleografía constituye para ella una de las grandes pasiones de su vida y por eso, cuando José Domingo Lentisto, director de la Revista Velezana, le dijo que el libro de apeo y repartimiento de Vélez Rubio (Almería) había desaparecido y que sólo quedaba una copia en muy malas condiciones en el Archivo Histórico Provincial. Su trabajo de transcripción total más un estudio riguroso se aglutina ahora en La repoblación de Vélez Rubio, 1574-1595, un libro que interesará, sobre todo, a historiadores del Reino del Granada y estudiosos de los moriscos.

"Yo le dije a Lentisco 'no te preocupes, yo te lo leo'". Y así fue. "Fueron 304 folios de transcripción que, en general, no estaban tan mal. Aunque sí había zonas francamente peores y totalmente negras por la oxidación de la tinta con el paso del tiempo", señala la estudiosa.

Una vez hecho el trabajo junto a un estudio sobre la época, la Revista Velezana decidió editarlo en colaboración con el Instituto de Estudios Almerienses. El interés de La repoblación de Vélez Rubio, 1574-1595, como libro de historia local con un apéndice documental importante, sobre todo, en las descripciones que el libro de apeo realiza de los bienes que son objeto de reparto tras la expulsión de los moriscos.

El texto recoge con todo detalle cómo era el barrio morisco de El Fatín, el tamaño de sus casas y, dentro de cada casa, la amplitud de las habitaciones. "La repoblación de Vélez Rubio tras la expulsión de los moriscos fue la más difícil del Reino de Granada por la oposición que hizo el Marqués de los Vélez. Él no aceptó que fuese la corona la que hiciese la repartición porque, de alguna manera, se consideraba el señor de sus tierras. Eso llevó a todo tipo de trabas, resistencias y equívocos", explica Segura del Pino. Entre 1574 y 1595 se reparte, entre los 126 pobladores que acuden a la zona, las tierras del lugar. Cada uno recibió un lote o suerte para salir adelante consistente en una casa, un tierra de regadío y una tierra de secano. A pesar de ello, no todos consiguieron prosperar. "Aunque la suerte se considerara suficiente, ellos tenían que pagar tributo al rey por la casa; y pagar en especies por las tierras", apunta la historiadora. La experta considera que este libro de apeo, también llamado libro becerro, hubo de estar "bastante tiempo" en el Ayuntamiento de la localidad, a tenor de las numerosas anotaciones al margen de notarios de Vélez Rubio encontradas hasta el siglo XVIII. En cualquier caso, la transcripción del documento ha confirmado que los nuevos pobladores del lugar provinieron de la región de Murcia (Lorca y Totana) y también del arco levantino que pasa por Cuenca, Albacete, Teruel y Zaragoza.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de mayo de 2004