El ministro de Defensa, José Bono, explicó ayer en el Congreso que el coste total de la operación en Irak, durante 2003 y el primer sumestre de 2004, ha ascendido a 369.733.478 euros. De ese dinero, 262 millones corresponden a los gastos de la presencia militar española en Irak; 83 millones se destinaron a la Conferencia de Donantes y otros 24 millones para la organización de este foro celebrado en Madrid.
El ministro aseguró que las tropas españolas, mientras estuvieron en Irak, detuvieron a siete personas, que inmediatamente fueron puestas a disposición de la policía iraquí, sin llegar a estar los detenidos en acuartelamiento controlados por España.
Los miembros de la unidad médica de las Fuerzas Armadas que España desplegó en Irak en abril de 2003 al término de la guerra no constataron torturas a los prisioneros iraquíes durante el tiempo que duró su misión, según un informe que dio a conocer ayer Bono. El informe se refiere a la labor que la unidad médica desarrolló entre abril y junio de 2003 en el hospital de campaña desplegado en Um Qsar. Durante ese tiempo, se realizaron 4.000 actos médicos, de los que 3.000 fueron a prisioneros de guerra. Del centenar de apoyos de tipo psicológico registrado, en "ninguno de ellos" los especialistas observaron malos tratos o los prisioneros iraquíes admitieron haber sido torturados.
Respecto a la presencia exterior de las tropas españolas, el Gobierno no se ha planteado incrementar su presencia en Afganistán, más allá de la que se deriva de su participación en el Eurocuerpo, que a partir de agosto tomará el mando en Kabul. El ministro prometió que el Gobierno recabará el criterio del Parlamento antes de decidir una mayor implicación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de mayo de 2004