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Zapatero recalcará la autonomía de su política exterior en su debut en América Latina

El presidente expondrá mañana en México que España ya no es "recadera" de EE UU

La novedad de la política de José Luis Rodríguez Zapatero hacia América Latina deriva básicamente del tan traído y llevado "talante", porque las líneas generales de sostener la estabilidad democrática, cooperar al desarrollo, reforzar los vínculos con Europa y apoyar el esfuerzo inversor de las empresas españolas no varían. Pero desde La Moncloa se insiste en un enfoque menos economicista y, sobre todo, en la "autonomía" de un Gobierno que ha rectificado las relaciones con EE UU para que dejen de ser "sumisas". Zapatero subrayará esos mensajes en su primer salto a América Latina.

El presidente inicia mañana su primer contacto trasatlántico como jefe del Ejecutivo, precisamente en México, el país donde la alianza con George W. Bush de su predecesor creó más problemas. La escala de José María Aznar en la capital mexicana, a comienzos de 2003, en su único viaje al rancho tejano del presidente del EE UU, dejó, en efecto, una espesa estela de desencuentros -el presidente mexicano, Vicente Fox, suspendió la anunciada rueda de prensa- y críticas a una visita que fue interpretada como un intento de presionar para que el país cambiara su posición contraria a la invasión de Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU. El malestar mexicano se extendió por toda Suramérica.

Zapatero, señalan fuentes gubernamentales, dejará claro que mañana visitará a Fox "con voz propia, y no como intermediario o recadero de terceros países". Su intención de que se olvide el mal sabor de la última estancia de Aznar está, pues, fuera de dudas.

Pero México es sólo el destino circunstancial de un viaje que transciende las fronteras de este país clave, al proseguir el viernes en Guadalajara, donde Zapatero participará en la III Cumbre entre la UE y América Latina. La veintena larga de líderes latinoamericanos presentes dará una dimensión continental a este debut de Zapatero, que generalizará el mensaje ya indicado de una nueva voz internacional española, "propia y autónoma".

Además de intervenir en los trabajos de este encuentro, en el que también confluyen los 25 líderes de la Europa ampliada, el presidente aprovechará la ocasión para reunirse con muchos de ellos.

Zapatero verá, entre otros, al presidente de Bolivia, Carlos Mesa, del que depende la suerte de Repsol-YPF. La empresa española encuentra serias dificultades para exportar el gas boliviano, debido a la oposición popular a que se venda a EE UU y, sobre todo, a que esa energía líquida encuentre su salida natural por Chile, país con el que Bolivia mantiene una antigua querella fronteriza.

El Gobierno, destacan portavoces de La Moncloa, no va a dejar de sostener el esfuerzo de esta y las demás empresas españolas que, a partir de mediados de los noventa, han acumulado la segunda inversión en el subcontinente, después de la norteamericana. Zapatero pretende, sin embargo, "reequilibrar" esas relaciones con mayor énfasis en lo político, en lo cultural y en lo social.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de mayo de 2004