Sí, estamos a favor de que Europa cuente con un Ejército propio, pero no una fuerza desmesurada. Hay otros aspectos de la integración política más prioritarios que el militar, caso de la Constitución Europea, pero el hecho de dotarnos de un Ejército propio constituye un avance necesario para que Europa tenga mayor autonomía. Ya en el pasado han existido ensayos en este sentido, como el Eurocuerpo, que, sin embargo, no han fructificado. La existencia de un Ejército europeo es acorde con nuestra filosofía de Europa como potencia civil, que resuelve los conflictos mediante la negociación y la diplomacia y no a través de la guerra. El objetivo principal de esta fuerza militar, además de garantizar nuestra propia seguridad, debe ser participar en misiones humanitarias y de paz, en el marco de la legalidad internacional, la Carta de Naciones Unidas y las resoluciones de su Consejo de Seguridad.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de mayo de 2004