El embudo viario de Viladasens (Gironès) en la autopista AP-7, originado por un enorme socavón de unos 200 metros que ha inutilizado dos carriles, atrapó ayer a menos vehículos que el pasado sábado, el primer día de los tres festivos.
Las retenciones en el área metropolitana de Barcelona fueron menores durante todo del día, aunque se incrementaron a partir de las 20.00 horas. Muchos conductores, temerosos de que este tramo de autopista de 2,5 kilómetros con un solo carril en cada sentido de la marcha se conviertiera en una ratonera, eludieron pasar por la zona afectada por el socavón. Eso complicó el tráfico en carreteras alternativas, principalmente en la N-II. Las autoridades viarias también hicieron un llamamiento para que se evitara la carretera de pago.
Las excavadoras trabajaron ayer, en el tramo contrario del hundimiento, en dos carriles provisionales que podrían entrar en servicio la próxima semana. La empresa concesionaria, ACESA, anunció que desea estudiar a fondo las causas del socavón antes de emprender su reparación definitiva.La supuesta gratuidad prometida por la concesionaria ACESA en caso de retenciones no ha consistido en ningún caso en el levantamiento de barreras. El sábado fueron eximidos del pago del tramo afectado (entre Girona Nord y la salida de L'Escala) sólo algunos conductores que se quejaron en los peajes y muchos de ellos eran emplazados a una posterior reclamación formal.
La compañía ACESA fue ayer más flexible, aunque sólo aplicó descuentos en los momentos de máximas retenciones. La gratuidad se mantendrá mientras continúen grandes colapsos y se cobrará de nuevo el peaje si la circulación se vuelve fluida.
En la autopista AP-7 también se registró congestión viaria en La Jonquera. La red viaria catalana sufrió circulación con retenciones en la AP-7, a la altura de Montmeló (Vallès Oriental), y en la C-32, en Viladecans (Baix Llobregat), así como en Cabrera de Mar (Maresme); además, en la C-35, en Cardedeu (Vallès Oriental) y en Llagostera (Gironès).
La entrada en la ciudad de Barcelona de los 300.000 coches que salieron del área metropolitana fue, en general, tranquila; aunque con retenciones aisladas, según el Servicio Catalán de Tráfico. La congestión que más se prolongó -lo hizo durante toda la tarde y entrada la noche- fue en la B-23 (antigua A-2), con dos kilómetros en Sant Joan Despí en sentido Barcelona y en la A-2 (antigua N-II) con un kilómetro en Sant Feliu en dirección a Barcelona.
También se sucedieron las retenciones en la C-58, entre Montcada y el Nudo de la Trinitat y en la B-20, entre Santa Coloma y el Nudo de la Trinitat.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de junio de 2004