¿Son justificables las intervenciones armadas con fines humanitarios? ¿Vale más la diversidad cultural que los derechos universales? ¿Cuál es el límite entre la vigilancia del orden y el terrorismo de Estado? Éstas son algunas de las cuestiones que analiza el filósofo argentino Ernesto Garzón Valdés (Córdoba, 1927) en los cinco ensayos de Calamidades (Gedisa), presentado recientemente en Madrid.
"Temas de actualidad palpitante" tratados con "un rigor conceptual asombroso" son las características del libro que destacó en la presentación Javier Pradera, codirector de la revista Claves de la Razón Práctica, en la cual colabora el autor de Instituciones suicidas (Paidós, 2000).
En Calamidades, Garzón Valdés distingue dos conceptos usados a diario como sinónimos: catástrofe (desastre provocado por causas naturales) y calamidad ("desgracia, desastre o miseria que resulta de acciones humanas intencionales"). El libro analiza cinco casos de calamidades, entre ellas la corrupción política, las intervenciones humanitarias armadas y el terrorismo de Estado, y desmonta las "estrategias de justificación" políticas y teóricas de sus autores para "eludir la condena moral o jurídica".
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Sin excusas
La situación de Irak no escapó al debate. "No se puede hablar de legítima defensa en el caso de las guerras preventivas", afirmó el autor. En cuanto a los muertos civiles de la invasión vistos como "daños colaterales", dijo: "Si algo así es previsible y evitable y lo haces de todos modos, estás matando. La muerte de inocentes nunca puede ser excusada".
"Creemos que debemos apoyar esas calamidades, aunque tengan consecuencias". Garzón Valdés desmonta esa ficción desde la filosofía y sin complacencias teóricas. "El núcleo del libro es un intento por rebatir los argumentos que nos permiten evadir nuestros deberes morales", resumió Francisco Laporta, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.
"Pensador semiclandestino" (exiliado en Alemania desde los años setenta) y "adicto al trabajo de perfil bajo" fueron las expresiones elegidas por Pradera y Laporta para explicar que el de Garzón Valdés sea un nombre familiar sólo entre académicos. "Los primeros escritos de la Escuela de Francfort los leímos en sus traducciones; preside el Tampere Club de Finlandia, dedicado a estudios sobre la democracia, que integra, entre otros, a Habermas; Bauman y Von Wright han discutido sus últimos trabajos en el seminario que Ernesto organiza en su casa...", señaló Laporta. "Quizás seamos famosos desconocidos", bromeó el autor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de junio de 2004